Tan fácil como dejarte llevar
Sin embargo, siendo sinceros, es realmente fácil ganarse nuestro favor halagándonos diciendo que somos especiales. ¡Mira que nos hace sentir bien eso de “especial”! ¿verdad, José?
¿A quién no le gusta sentirse especial y que le traten de esa forma? Pero, más allá de las “las batallitas” que muchas veces inventamos ¿qué hacemos en nuestra vida que pudiese calificarse con sinceridad como especial? -continuó Samuel.
El recorrido común es que naces con una herencia genética, lloras, te abrazan y te ponen un nombre. Bienvenido.
-¿Y ahora qué hago? Te preguntas, si es que eres de los que se cuestionan algo.
– Nada, durante los primeros años, que serán los que den dirección a tu vida, sólo tendrás que fijarte en todo lo que hacen los mayores para imitarles y aprender. En el caso de que seas o tengas algo especial, casi nadie intentará pulirlo para que disfrutes de ello. Al contrario, tratarán de disolverlo
– ¿Y durante los años siguientes?
– Continuarás aprendiendo a partir de los primeras leyes y comportamientos que adquiriste.
– ¿Y eso no me hará similar a quienes me ofrezcan esos primeros conocimientos?
– Evidentemente, de eso se trata. De hecho, cuanto más y mejor reflejes a tu tribu mayor reconocimiento recibirás de ella.
– Pero… pero … entonces … entonces yo… ¿quién seré yo, cómo me reconoceré?
– Ajajaaaaaá, esa sí es toda una cuestión… que pasados unos años casi todos “olvidamos” debido al desenfreno en la competencia por ser alguien admirable… para otros.
– ¿Pero y si yo siento la necesidad de encontrarme?
– Carajo, Samuel, en ese caso encontrarás el Camino concurrido y ameno al principio. Luego, progresivamente, menos. Y es que comprenderás que con buenas palabras y mejores intenciones no se llega muy lejos… o muy adentro.
– ¿Tan difícil es?
– ¡Hombre, si fuese tan fácil, todo el mundo que lo quiere lo conseguiría! El tránsito hacia un mismo es básicamente vivencial y psicológicamente los cambios duelen. Por eso muchos llegan a saberlo todo … teóricamente.
– ¿En dónde dirías tú que se encuentra el mayor obstáculo en el recorrido para que cada uno encuentre su originalidad?
– En ese paso de la teoría a la práctica. La única manera que conozco para comprobar el avance real, es el cambio en el comportamiento para ir sustituyendo los puntos de dolor por serenidad o bienestar. Eso exige cambios verdaderos en la persona, no las simples modificaciones o barnices de colores que aporta el conocimiento. Cuando compruebas que lo que te hacía sufrir ahora está superado y sonríes, bueno…¡eso es genial!
Hay una cosa que me gustaría subrayar.
A quienes no se conforman con exhibir conocimientos y experimentan lo aprendido en la realidad de su día a día, llega un momento en que descubren algo profundamente revelador. La maraña de creencias ciegas e ideas mal archivadas por las que se regía su mente, van siendo descartadas para ir descubriendo la sencillez de la inteligencia del corazón.
– ¿El corazón…?
– Sí. Te recomendaría que investigaras sobre los últimos descubrimientos sobre la inteligencia del corazón. Pero, mejor pasemos a la práctica. En este momento no tienes elementos de juicio para valorar si lo que te digo es verdad o no ¿cierto?
– ¡Evidentemente!
– Bien, cierra los ojos y siente el núcleo de lo que te he dicho. Te he hablado del corazón y de su sencillez. Siente si “algo” te hace sentir una especie de emoción alegre como una sonrisa, o bien, un rictus como de que algo no va bien; que todo es mentira … Samuel puso ojos de plato como si le estuviese pidiendo que saltase a un precipicio.
Sí ya sé. Tu cabezada mil vueltas. Pero no te estoy pidiendo una conclusión, sino que sientas, que seas valiente y te atrevas a expresar la naturaleza de esa sensación.
No tienes nada que perder -proseguí.- lo más, equivocarte; ese es todo el riesgo. Comenzar por parecerse a uno mismo poco razonable y chispear de manera audaz es un gran síntoma.
Samuel sonrió con los ojos cerrados y tomo aíre expandiendo su pecho. Seguidamente…juraría que su vida acababa de adquirir un matiz diferente. Y con su proceso mi vida también brillaba más. Al fin y al cabo, de eso va mi trabajo, de ayudar a quienes así lo decidan a reencontrarse con la Vida.
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