Nuestra relación comienza con una sesión inicial gratuita, en la que expondrás la situación que deseas cambiar. En muchas ocasiones, las personas descubren que la problemática no la tienen tan bien definida como creían, incluso confunden los efectos con las causas. Nosotros escucharemos con atención y, si es el caso, juntos trataremos de clarificar y simplificar el panorama motivo de intervención.
Durante el tiempo de conexión, si bien nosotros, por principio, tenemos asumido que “la casualidad no existe”, y que quienes tienen que acercarse a nosotros “son los que tienen que hacerlo”, ambas partes decidiremos si la conexión promete ser amable. Eso quiere decir que, en algún grado, la empatía, la sinceridad y la confianza fluyen y los resultados prometen ser alcanzados.
Si la sesión inicial resulta satisfactoria, estableceremos un plan de trabajo para tratar en profundidad la situación que nos ocupa y tu posición ante ella.
Los técnicas a utilizar y los tiempos serán diferentes en cada caso, por ello personalizaremos el recorrido atendiendo a las particularidades de tu situación. En cualquier caso, debes esperar que desde los primeros momentos te encarguemos “trabajo de campo”.
Existen clientes que cifran su objetivo en un hecho o situación concreta y, en este supuesto, el objetivo demandará una intervención medida y de corta duración. Alrededor de nueve sesiones podrían ser suficientes.
Otras personas señalan su objetivo en comprender y modificar un comportamiento que afecta a diferentes áreas de vida, y un cambio más profundo a nivel personal se impone.
También acompañamos en su camino a individuos con un largo recorrido de autoconocimiento, y que en la actualidad no pueden avanzar o directamente se sienten fracasados.
Por último encontramos a los que “saben que no saben”. Hablamos de los triunfadores, de los que disponen de múltiples opciones para ser felices, pero se sienten morir por dentro. Son los escasos que han comprobado que más ya no significa mejor. Para los que el mundo “normal” ha perdido su capacidad de seducción y, con grandes dudas, buscan sencillamente otra forma de vivir. En buena lógica, la duración del trabajo en conjunto con estas personas es difícil de cuantificar. Pero sí podemos declarar que esos estados, la profunda insatisfacción cuando no frustración, esa incapacidad para no resignarse y buscar opciones diferentes a las conocidas, durante mucho tiempo nos acompañaron en nuestro camino. Un camino del que trazamos un mapa que terminó por convertirnos en él. Esa experiencia en primera persona es nuestro mejor bagaje y lo que te ofrecemos. En esencia, en eso consiste el Proyecto Sentir-Te.
¿Cómo se desarrollará nuestra relación profesional?
En nuestra relación profesional, el principal objetivo es que te fortalezas en cada intervención, que te superes y capacites con cada prueba. Progresivamente te irás convirtiendo en tu propio maestro, alguien seguro en sí mismo que resolverá los conflictos confiando en su propio criterio. En definitiva, un recorrido en el que irás canjeando problemas por bienestar, en nuestra opinión, la mejor clave para verificar el progreso real.
La complicidad y la confidencialidad, junto con la capacitación y experiencia tienen que estar aseguradas durante el proceso, y es lo primero que encontrarás en nosotros. Importante es recordar que el protagonista eres tú; por tanto el primer compromiso de cambio debes establecerlo contigo mismo.
Resulta obvio que el primer paso, y el más importante para la resolución de un problema concreto, es la determinación de resolverlo. El segundo sería que la persona implicada se reconozca íntimamente incapaz de solventarlo por sus medios. Y los dos ciclos anteriores desembocarán en la búsqueda de ayuda del profesional apropiado para resolverlo.
Es evidente que cada situación requiere un especialista adecuado. Un problema con el automóvil, en la gestoría o una cita médica, sólo por citar algunos ejemplos, nos exigirán, además de las contrariedades que el problema concreto represente, tiempo, dinero y poco más. Se trata de un problema con causas físicas detectables y de efectos medidos; de alguna manera, es una situación que delegamos en otros para que la resuelvan.
Existen otros tipos de conflictos diferentes, mucho más cercanos y persistentes. Nos referimos a situaciones cotidianas y dolorosas que tienen su origen en nuestro interior. Ese interior con el que nos identificamos individualmente y que constituye nuestra personalidad. Pero el personaje fue construido de forma inconsciente en su mayor parte. Los cimientos los aportaron nuestros padres y el entorno en el que nacimos. A modo de ladrillos y cemento, las mil situaciones que en ese ámbito vivimos. No obstante, tales momentos no se grabaron en la memoria como realmente sucedieron y tampoco comprendíamos las implicaciones que los rodeaban. Sencillamente, interpretamos el suceso con la mentalidad que poseíamos en aquellos momentos. Posteriormente, el anterior entramado fue perfilándose con la socialización y sus múltiples posibilidades. Y las emociones, que las experiencias nos provocaron, fueron posicionándonos entre los extremos que marcan el rechazo y el temor con el deseo y el afecto. Somos el producto de todo ello, y de ahí surge nuestro individual mundo interior y comportamiento.
Es en la interrelación donde tienen lugar la mayoría de procesos que calificamos como problemas. Lo cierto es que muchos hemos intentado, con mayor o menor persistencia, que el mundo externo se plegara a nuestro particular código de valores. Reconozcámoslo, antes o después hemos sido derrotados en el intento de personalizar a nuestro gusto la sociedad. “No esperes que el mundo cambie, sólo puedes cambiar tú” Conocemos la máxima, pero en raras ocasiones la asumimos. Es cierto que algunos individuos continúan en esa lucha y pretenden diferentes resultados con los comportamientos acostumbrados; bien está. No obstante, estos párrafos, si bien respetan todas las opciones, no están escritos para la mayoría de ellas. Esta página en su conjunto, las imágenes, palabras y la intención de la que nacen, tienen como objetivo encaminar sólo a quienes asumen que tienen un problema personal que necesitan resolver y que precisan ayuda para conseguirlo.
En esencia, casi todos los conflictos objeto de consulta están perfectamente clasificados y documentados, siendo el factor más determinante la persona que se enfrenta a ellos. Pero no todo el mundo tiene las mismas expectativas de vida. Existen personas para quienes su objetivo no está bien definido, siendo un determinado enfoque mental o comportamiento el que produce conflictos en diferentes áreas. Se trata, en muchas ocasiones, de individuos con una sobresaliente capacidad de discernimiento, que saben con claridad lo que no quieren, pero que se sienten frustrados interiormente al no poder definir lo que en realidad están buscando.
En Sentir-Te es mucho más importante el tipo de persona que eres, que el área o dimensión del problema u objetivo que te haya traído hasta aquí. Hablamos de quienes no se resignan a sufrir el camino trazado, de aquellos que sienten el impulso que les dice que pueden conseguirlo. Individuos para los que sus sueños son más que sueños, los mismos en los que nosotros vemos el potencial suficiente como para construir realidades.
Por nuestra parte, hemos recorrido el camino que en los párrafos anteriores describían a nuestros clientes. También participamos de las mismas singularidades que detectamos en ellos; por tanto, no es de extrañar que naturalmente se produzca el encuentro y que los resultados sean rápidos.
Si te has sentido identificado con los planteamientos expuestos y consideras que te podemos ayudar, comprobarás que no se trata de una experiencia más y sentirás cómo se establece un antes y un después en cada sesión. En cualquier caso, celebramos la inquietud por alcanzar la mejor versión de ti mismo que te ha traído hasta aquí.
Un abrazo.